Durante el paseo en barco pudimos admirar la belleza de ese paisaje con su profunda grieta granítica excavada por el Duero ¡Hasta aquí llegan las aguas de nuestros ríos! ¡Quién lo diría!
Y el guía nos enseñaba nidos de águilas y alimoches y cada una se fijaba en lo suyo que podía ser una higuera nacida en un sitio imposible o una nutria bañándose. ¡Tiempo libre! ¡Todo hecho! ¡Qué placer!
Comida en Miranda do Douro, visita a sus murallas, catedral y hasta un pequeño museo etnográfico.Tiempo para unas compras y regresamos.
Durante el viaje nos llamaban la atención el tipo de muros de granito que utilizan para separar las fincas y que llaman cortinas y muchas cosas mas. Y por último una parada en Pereruela ¡Qué familiar nos resulta todo! Toda la vida cocinando con las cazuelas de "periuela" y resulta que son de Pereruela. Bueno sea como sea este barro hace maravillas con nuestros guisos.
Aquí os dejo unas fotografías para el recuerdo.
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